Conversatorio organizado por la investigadora del  Macarena Bonhomme (Observatorio de Desigualdades) y Tanya Basok  (University of Windsor y Nodo Canadá).

Durante la pandemia de COVID-19 hemos sido testigos de la articulación de dos procesos distintos pero interrelacionados. Por un lado, algunos trabajadores migrantes han sido presentados en el discurso político como “esenciales” para la supervivencia física y emocional de la población. Entre esos trabajadores se encuentran los que cultivan, procesan, preparan, distribuyen alimentos y brindan atención a niños, ancianos, enfermos y algunos grupos vulnerables. Por otra parte, la situación de muchas comunidades migrantes racializadas (con o sin estatus legal) incluyendo aquellos considerados “esenciales”, se ha vuelto más precaria que antes. Sin salud y sin seguridad social, muchos de estos trabajadores no cuentan con la protección necesaria en sus lugares de trabajo y carecen de opciones que garanticen otras formas de ingresos o de acceso a atención médica. Esto implica que muchos trabajadores migrantes “esenciales” han experimentado nuevas formas de exclusión durante la pandemia. Sin embargo, esta categorización también puede haberles permitido a ellos y a quienes los apoyan, la posibilidad de reclamar nuevos derechos, medidas de protección social y estatus. Este seminario abordará las disyuntivas entre lo que consideramos “desechable” y “esencial” en lo que respecta a los trabajadores migrantes en las Américas.