Observatorio de Desigualdades / Blog / Educación y aceptación de inmigrantes

Educación y aceptación de inmigrantes

11 Mayo 2017

Por: Juan Esteban Fernández, Javiera Quijada y Cristián Doña Reveco

En Febrero de 1993 el diario La Nación publicaba que un famoso spa de la ciudad de Santiago había prohibido a una ciudadana coreana residente en Chile usar sus instalaciones debido a que los coreanos “huelen mal”; y por respeto a sus clientes el dueño indicaba que no podía dejar entrar ni a “homosexuales, lesbianas o Coreanos” (La Nación 2 de Febrero de 1993). Ese mismo año, otro periódico chileno, La Tercera (23 de agosto de 1993), realizó una encuesta en la que preguntaba “¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con la posibilidad que personas de los siguientes países se vengan a vivir a Chile?” Las respuestas mostraron una clara predilección por la inmigración alemana (54% aceptaría a estos inmigrantes) y un fuerte rechazo a la inmigración vecinal y asiática. Más de la mitad de los encuestados estaba en contra de recibir migrantes de China (54.6%), Corea (57.6%), Bolivia (60.5%), Perú (56.2%), y Argentina (51.2%).

Hacia esa fecha la cantidad de extranjeros en Chile aún era reducida, correspondía a no más de 114 mil personas y menos del 1% de la población total del país. La migración hacia Chile comenzó a cambiar alrededor de 1995 y poco más de 20 años después tenemos 465 mil extranjeros residiendo en Chile, lo que equivale a un 2,7% de la población total del país.

A partir de estos cambios en la cantidad de extranjeros, nos preguntamos ¿han cambiado en alguna manera las actitudes hacia los inmigrantes? Para responder esta pregunta buscamos encuestas realizadas en Chile, que tuvieran más de una medición, y cuyas preguntas fueran comparables. Estas tres condiciones se cumplen en la encuesta Latinobarómetro de los años 2009 y 2015 donde se mide el nivel de acuerdo con la afirmación “Debería haber leyes para prevenir la entrada de inmigrantes”.

Figura Blog migraciónFuente: Elaboración propia a partir de Latinobarómetro 2009 y 2015

Los resultados se pueden observar en la Figura. A diferencia de la pregunta del año 1993 a la que se hizo referencia, esta afirmación no define ni compara por país de origen. En este caso,  queda a criterio del entrevistado si está pensando en un inmigrante “ideal”, o un inmigrante que ve a diario, o alguna otra construcción de inmigrante. Como se observa en la Figura, el año 2009 existía una menor disposición favorable a la entrada de inmigrantes a Chile en relación al año 2015. Adicionalmente, las personas indecisas, que se manifestaban “Ni de acuerdo ni en desacuerdo” frente al enunciado, tienden a reducirse en 2015.

Al desagregar los resultados por nivel educacional, las únicas personas que el año 2009 están mayoritariamente en desacuerdo con la existencia de leyes para prevenir la entrada de inmigrantes son aquellos con educación superior completa. Las personas de otros tres niveles de educación—secundaria completa, secundaria incompleta y básica— presentan mayorías relativas a la opción de estar de acuerdo con leyes para prevenir la entrada de inmigrantes. Es interesante el caso de aquellos que sólo tienen educación básica que presenta el porcentaje más bajo de acuerdo con la afirmación (34%) y el más alto desacuerdo (30%) de los tres grupos mencionados.

Para el año 2015 se observan cambios interesantes. En primer lugar, el desacuerdo con la afirmación ahora es mayoritario en tres de los cuatro grupos de educación. La excepción corresponde a aquellos que tienen educación media completa, donde alrededor de un 37% está de acuerdo y un 39% está en desacuerdo con prevenir la entrada de migrantes. En todos los niveles de educación se reduce la preferencia por la participación de la categoría “ni de acuerdo ni en desacuerdo” entre los años 2009 y 2015. También disminuye entre uno y dos puntos porcentuales la opinión de acuerdo con una ley que prevenga la entrada de inmigrantes, con excepción de aquellos con educación básica que suben dos puntos porcentuales. Los porcentajes en desacuerdo se incrementan en esta segunda medición entre seis puntos porcentuales (educación superior) hasta 20 puntos porcentuales (secundaria incompleta).

¿Qué podemos concluir con esta información? En primer lugar, que los niveles de acuerdo con una ley que prevenga la entrada de inmigrantes corresponden a alrededor de un tercio de los encuestados. Esta es una especie de “voto duro” contra la inmigración. Esto puede significar que el aumento en el rechazo a posibles leyes anti-inmigrantes proviene de aquellos que estaban inseguros en el 2009. Dos posibles hipótesis podemos pensar a partir de esta información. La primera, altamente positiva, es que efectivamente la presencia de extranjeros en Chile ha disminuido el rechazo a los mismos. Esto se puede explicar, entre otros argumentos, por medio de la teoría del contacto de Gordon Allport. A medida que vemos más extranjeros e interactuamos cotidianamente con ellos, nuestro rechazo y prejuicios disminuyen. Una segunda hipótesis, más compleja, es que el análisis que cada grupo está haciendo depende del grupo de inmigrantes que quisieran recibir y al que—idealmente—se consideran más cercanos. Esta idea está basada en la encuesta publicada en La Tercera en 1993. Así, al no disponer de un grupo de inmigrantes de referencia, los encuestados piensan en los inmigrantes que quisieran recibir y no en aquellos que el país está efectivamente recibiendo.