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Conciencia ambiental y rol público con la naturaleza: historias de mujeres alhuinas

1 Julio 2021

Por Isidora Salaberry [1] y Fernando Uribe [2], Socióloga y Sociólogo, Universidad Diego Portales

Durante el año 2019 y 2020, realizamos nuestra tesis [3] de pregrado, la que buscó reflexionar sobre las experiencias cotidianas de las mujeres alhuinas y la relación que ellas establecían con la naturaleza. Para ello, a partir de la realización de una serie de entrevistas en profundidad, se construyeron los relatos de vida de cuatro mujeres de Alhué; Nataly, Deyi, Ignacia y María José. Debido a que la pandemia del COVID-19 nos impidió efectuar la investigación de manera presencial, complementamos las entrevistas con la técnica del fotovoz [4] para inmiscuirnos en la cotidianidad de las participantes de forma remota. A continuación, presentamos dos fragmentos de las historias de vida de Nataly e Ignacia, las que nos permitirán dar paso a una reflexión sobre los hallazgos más relevantes de nuestra investigación.

Nataly

El bosque sigue resistiendo, verdes y rojos se complementan, ocre, amarrillo y rojo, anaranjado se rechazan. La erosión es grave y severa, desorden, desequilibrio, alteración, depresión, ¿cuál será su máximo umbral de tolerancia y resiliencia?”

Son muchos los pensamientos que dan vuelta en la cabeza de Nataly; el bosque nativo y esclerófilo se están secando, el poco verde que se ve en los cerros y el abastecimiento de agua por medio de camiones aljibes, la han llevado a reflexionar sobre las circunstancias de su entorno, una de ellas, la presencia de la minera. La minera juega un rol activo dentro de la comunidad, ayuda, da trabajo, entrega insumos, etcétera. Nataly no considera que esta relación sea de “los trigos más limpios”. Ella cree que estas ayudas son una simple tapadera de un desastre mayor.

Nataly, profesora de arte, se involucra desde la docencia y las artes visuales en sus actividades públicas – como también en lo doméstico–. Una de estas instancias, fue la Brigada Serigráfica Promaucae; colectiva de arte gráfica y propagandista que nace durante el estallido social con la idea de plasmar los problemas locales. A través de la fotografía, capturan demandas y los problemas socioambientales de la comuna. Conscientes de los problemas ambientales de la zona, en el mes de febrero del 2020, Nataly junto a la colectiva y otras organizaciones organizan el carnaval por el agua en Alhué.

FEM Alhué colectiva feminista es otra de las organizaciones sociales que hay en Alhué. Nataly dice; “(…) y nace desde la inquietud de educar, primeramente, educar y a través del arte también dejar mensajes, entendiendo la versatilidad que tiene el feminismo y las diferentes propuestas que tiene, y de no coartarlo sólo a uno, pero más que nada de empoderamiento femenino, para las mujeres de Alhué (…)”.

Ignacia

Son profundos los daños que Ignacia identifica en el territorio que la vio crecer: la comuna de Alhué. Ella cuenta que hace cinco años ya no corre el río[5] y que la vegetación del lugar ha desaparecido “de hecho en un momento hicieron una performance que grabaron, donde grabaron justamente en el río, como de la muerte pasando por el río (…)”. Ignacia decide accionar desde la educación universitaria, pero también desde la autogestión, a través de colectivos (como por ejemplo el colectivo Simbiosis) enfocados principalmente en la concientización de los problemas ambientales de la comuna

Su abuelo y su abuela siempre han estado ligados a la tierra, sobre todo su abuela, quien le dejó toda su sabiduría antes de partir de este mundo. “Yo tengo un librito de campo donde tengo anotadas todas las plantitas que ella me enseñó y para qué sirven también. Ella tenía mucha sabiduría de (…) plantas medicinales (…)”. La sabiduría fue traspasada a Ignacia y con ello surgieron las ganas de cuidar de las plantas y del invernadero que está en Alhué. Ignacia concibe la necesidad de devolverle a la tierra – aspecto que también heredó del pensamiento de su abuela -.

Los domingos en Alhué son días en que se reúnen varias(os) integrantes de la familia. Acercándose la hora del almuerzo, Ignacia cocina junto a su mamá. El menú del día es budín de zapallo italiano en dos versiones, uno vegano para Ignacia y otro vegetariano para el resto de la familia. Para Ignacia, este tipo de alimentación refleja su visión ecológica de la vida, que no solo contribuye al medioambiente, sino que también ayuda a que su abuelo tenga una mejor salud.

Al terminar el día, Ignacia se da una última vuelta por el patio y reflexiona sobre su conexión con la naturaleza, ella dice; “todos en sí estamos conectados, nosotros también somos parte de ello, somos también naturaleza, somos medioambiente, somos ecosistemas, todo lo que ocurre afuera ocurre también dentro de nosotros es algo que hay que respetar, preservar, cuidar, darle su valor, reivindicar a la naturaleza”.

De los fragmentos a la reflexión

Los principales resultados nos permitieron comprender que la relación entre cotidianidad, género y medioambiente estaba atravesada por la aparición de una conciencia ambiental. Esta se construye a partir de los saberes ancestrales heredados por otras mujeres de las familias de las participantes de la investigación, entendiendo que estos son conocimientos dependientes del género (Rocheleau et. al. 2004) que se han creado en el espacio privado. Esta conciencia ambiental también se relaciona con la cercanía que las mujeres alhuinas mantienen con su localidad, generando un profundo sentido de pertenencia con su entorno, lo que permitiría mayores sensibilidades a la hora de observar su territorio dañado.

Resaltamos también, la importancia del espacio privado como protagonista en la vida de las participantes.  En este lugar se han aprendido saberes y conocimientos dependientes del género que, si bien están ligados al rol histórico con el que se les ha identificado, este último se resignifica y se transporta al espacio público. De esta resignificación, aparece la creación de colectivas y organizaciones que, de la mano de la autogestión, han generado instancias de información o acción frente a los problemas ambientales presentes en Alhué (como FEM Alhué y Simbiosis).

Frente a estos resultados, hay dos reflexiones importantes que nos gustaría proponer. Primero, entendiendo que existe un traslado desde el espacio privado, donde la conciencia ambiental es llevada, al mundo público; es necesario mencionar que ambos lugares se presentan como espacios de lucha y resistencia. Entonces, y, en segundo lugar, se debe comprender que el mundo privado no tiene, en ningún aspecto, menor validez que el espectro público. Pero, si es necesario dar cuenta del carácter performativo que Ignacia, María José, Deyi y Nataly le han otorgado a sus acciones cotidianas –relacionadas con lo medioambiental–, lo que, finalmente, reconfigura el rol histórico con el que se les ha vinculado. Además, podemos decir que ello también es un aporte para la reconfiguración del género, entendiendo que este no es estático, sino que se transforma a raíz de las agencias de las propias mujeres.

Referencias

Rocheleau, D; Thomas-Slayter, B; Wangari, E. (2004). Género y medio ambiente: una perspectiva de la ecología política feminista. En Vásquez, V. y Velásquez, M. (comp.). Miradas al futuro: hacia la construcción de sociedades sustentables con equidad de género (pp. 343-372). Ciudad de México, México: Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo.

Notas Al Pie

[1] Correo electrónico: [email protected]

[2] Correo electrónico: fernando.uribe-etxeverrí[email protected]

[3] Nuestra tesis se desarrolló durante el año 2019 y 2020 y se titula: “Experiencias cotidianas de mujeres de Alhué, su vinculación con el medioambiente y los problemas socioambientales”.

[4] El fotovoz es una técnica de investigación que se caracteriza por capturar la realidad de las personas y hacerla accesible a otras sujetas(os), por medio de la fotografía (Povee, Bishop y Lynne, 2014).

[5] Estero Alhué.