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Discursos políticos sobre migración en Chile

7 Junio 2018

Por: Sara Correa, Socióloga y Magíster en Métodos de Investigación Social, UDP. Encargada Programa Migración Internacional y Transformaciones Sociales, Observatorio de Desigualdades.

 

Según información entregada a la prensa por el gobierno, entre 2014 y 2017 el número de inmigrantes se incrementó en un 232%, pasando a representar el 5,5%[1] de la población nacional. A pesar de que estas cifras posicionan a Chile muy por debajo de los países desarrollados, donde los inmigrantes representan en promedio un 11%  de la población (OCDE, 2013), es innegable que el país se ha transformado en un destino migratorio atractivo en la región.

El desarrollo económico y la estabilidad política que han caracterizado a Chile los últimos 20 años, se han traducido en oportunidades laborales para parte importante de los inmigrantes que llegan al país, es así como un 77% de estos forma parte de la población ocupada en Chile, superando en 19 puntos porcentuales a los nacionales (CASEN, 2015). Sin embargo, esto no ha sido suficiente para asegurar su plena incorporación a la sociedad, pues esta se ve trabada por condiciones contextuales, entre las que destaca un marco legal anticuado heredado de la dictadura que se sustenta en la doctrina de la seguridad interior del Estado, de acuerdo a la cual, la mayoría de los inmigrantes son una amenaza para el país.

Los problemas identificados en el marco legal se han materializado en una inestabilidad y precariedad en el cumplimiento de sus derechos en las áreas de salud, vivienda y educación (Machín, 2011, UDP 2006, 2010). A lo anterior, se suman prácticas y discursos discriminatorios por parte de la sociedad de acogida, pues como diferentes estudios muestran (CEP, 2017, INDH, 2017), priman  estereotipos negativos a la hora de valorar a los inmigrantes. Esta situación es reconocida por parte de la población migrante, pues como muestran los datos CASEN 2015, en un 28% de los hogares con jefatura inmigrante, al menos un miembro del hogar se ha sentido discriminado o tratado de forma injusta, duplicando la cifra de los hogares con jefatura no migrante.

Los estereotipos negativos también se encuentran presentes en la clase política chilena, ejemplo de ello son los dichos del presidente Sebastián Piñera durante su candidatura en 2016, donde asocia el fenómeno migratorio a actos delictuales: “Chile debe estar abierto a recibir inmigrantes que aporten al desarrollo de nuestro país, pero debe cerrar absolutamente sus fronteras al narcotráfico, a la delincuencia, al contrabando, al crimen organizado y también a la inmigración ilegal” (La Tercera, 2016).  La respuesta de la Nueva Mayoría presentó elementos de continuidad con este discurso, así se aprecia en las declaraciones del entonces presidenciable Alejandro Guillier: “Hay que promover cierto tipo de migración más que otra, que es una acumulación de problemas” (Cooperativa, 2016).

Bajo la premisa de que los discursos políticos no solo ocupan una posición estratégica en la formación de opinión pública, pudiendo producir, reproducir y legitimar idearios, sino que también son un indicador de cómo se tomarán decisiones a nivel legislativo y de políticas públicas respecto del tema migratorio (Zapata-Barrero, 2009), cabe preguntarse por las ideas que se encuentran en la base de la discusión sobre una nueva ley migratoria en Chile, más allá de las declaraciones a la prensa. ¿Cómo entienden los políticos chilenos el fenómeno migratorio? ¿cuál es su postura al respecto? ¿podemos distinguir tendencias políticas claras en sus discursos?

Para buscar respuesta a estas interrogantes se llevó a cabo la investigación “Discursos Políticos sobre migración en Chile[2], en la que se recurrió a una metodología cualitativa por medio de la realización de entrevistas semi-estructuradas a 20 actores políticos, tanto independientes como militantes (PS, PC, PPD, PRSD, DC, PRO, PRD, UDI y RN), que ocupan o han ocupado un cargo público recientemente.

A lo largo del análisis, no fue posible identificar posicionamientos sistemáticos y consolidados sobre el fenómeno migratorio, sino que por el contrario, se observaron discursos escasamente elaborados y poco consistentes, susceptibles, por tanto, a los cambios.

 “Es que tú no los ves actuar con alguna organicidad, sino más bien responden a lo que el vulgo, la opinión pública quiere, entonces, un día la alcaldesa de Antofagasta aparece diciendo que son unos delincuentes, que hay que echarlos, y al día siguiente está diciendo que tenemos que trabajar por la integración… No existe una visión porque no hay una proyección” (L1-PRSD).

Adentrándonos en las valoraciones de los entrevistados sobre el fenómeno migratorio puede afirmarse que, independiente de la filiación política de los entrevistados, prima una visión de corte utilitarista que instrumentaliza la migración, es decir, la entiende y valora según las ganancias que esta puede acarrear para el país. En este sentido, el aporte económico ocupa un lugar primordial, pues se espera que la llegada de inmigrantes contribuya a consolidar el proyecto de desarrollo y progreso que el país se ha propuesto. Si bien, existen discursos que identifican otros beneficios propios del fenómeno migratorio, como el aumento de la pluralidad cultural y étnica, este tipo de aportes son traducidos a beneficios económicos;

“¿Queris’ verla desde un punto de vista más racial? Sí. Vienen a mejorar la raza. Porque el intercambio racial favorece, te da más defensas, puta, quiero decir que eso también tiene un trasfondo económico. Más anecdótico (…) la prostitución colombiana ha venido a mejorar los estándares sanitarios, porque las prostitutas colombianas tienen mejores hábitos higiénicos que las prostitutas chilenas. Y ni hablar de las bolivianas. Eso también es un tema económico. Esas son las ventajas” (C3-IND).

Otra característica de este discurso es que la valoración de la migración depende de cambios en los ciclos económicos propios de los sistemas capitalistas, de esta forma, en periodos de expansión económica primaría una evaluación positiva, pues los inmigrantes aportarían vitalidad a la economía, fomentando la competencia y suministrando fuerza laboral, mientras que la situación se invertiría en periodos de estancamiento o recesión, donde el inmigrante tiende a ser visto como una amenaza, tanto por ocupar puestos laborales, como por sobrecargar los sistemas de protección social;

Ese es el problema, es que depende del ciclo económico. En un ciclo económico bueno como el que estuvimos viviendo tiempo atrás, la migración se hace mucho más necesaria; en un ciclo económico malo, se objeta más la migración” (M3-UDI).

Todos los posicionamientos y discursos identificados a lo largo de la investigación tienen implicancia en cómo se gestiona y gestionará la migración en Chile, de esta forma, un discurso generalizado que instrumentaliza la migración, muy común entre los actores políticos, tiene como efecto el establecimiento de “derechos volátiles” que muchas veces dependen de la voluntad de actores políticos. De esta forma, el reconocimiento y acceso que los inmigrantes tienen a ciertos derechos y servicios se encuentra supeditado a los vaivenes de la economía nacional u otro tipo de eventualidades, pues en última instancia no se reconoce a los sujetos migrantes como ciudadanos, sino que únicamente como capital humano necesario para el desarrollo.

 

[1] Estas cifras provienen de estimaciones realizadas por el ejecutivo en base a estimaciones sobre datos entregados por la PDI y el DEM, sin embargo no existe claridad sobre cómo se realizó el cálculo.

[2] [2]  Tesis para optar al grado de magíster en métodos de la investigación social en el marco del proyecto FONDECYT  N°1140679 “Estado chileno e inmigrantes latinoamericanos frente a frente: reconocimiento, expectativas y proyecciones de incorporación”

Referencias

Carreño, C (29 de noviembre, 2016). Piñera: “muchas de las bandas de delincuentes en Chile son de extranjeros”. La Tercera.

Centro de Estudios Públicos (2017). Encuesta CEP. Estudio Nacional de Opinión Publica n°79. Recuperado en https://www.cepchile.cl/cep/site/artic/20170601/asocfile/20170601155007/encuestacep_abr_may2017.pdf

Cooperativa (12 de diciembre, 2016). Alejandro Guillier: “Chile necesita un política migratoria más selectiva”.

Instituto Nacional de Derechos Humanos (2017). Informe anual: situación de los derechos humanos en Chile. Recuperado en https://www.indh.cl/bb/wp-content/uploads/2017/12/01_Informe-Anual-2017.pdf

Ministerio de Desarrollo Social (2016). CASEN 2015. Inmigrantes: principales resultados. Recuperado en http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/casen-multidimensional/casen/docs/CASEN_2015_INMIGRANTES_21122016_EXTENDIDA_publicada.pdf

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2013). La migración mundial en cifras. Recuperado en https://www.oecd.org/els/mig/SPANISH.pdf

Zapata, R (2009). Fundamentos de los discursos políticos en torno a la migración. Madrid, España. Trotta Editorial