El estudio desarrollado por el Observatorio Territorial de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello se enfoca en el impacto del escenario actual en el tejido social de Chile. Este estudio utiliza un enfoque cualitativo en lugar de cuantitativo, con entrevistas a 30 personas representativas de diferentes segmentos de la población de clase media. Los resultados revelan que las clases medias están enfrentando una incertidumbre creciente, especialmente después del estallido social de 2019. Además, se evidencia una desconfianza hacia la clase política e instituciones, aunque las personas aún esperan que haya instituciones que resuelvan sus problemas cotidianos. Sin embargo, la proyección de futuro de las familias es a corto plazo, lo que dificulta la construcción de políticas públicas y acuerdos a largo plazo. El estudio también destaca un repliegue hacia elementos cercanos como la familia y el barrio como epicentro de la vida social y comunitaria. Por lo tanto, se sugiere que para conquistar la confianza de la población, las políticas deben ser locales y profundas, involucrando a la familia, el barrio y la comunidad.

La socióloga Martina Yopo, directora del Observatorio de Desigualdades de la U. Diego Portales, señala que es esperable que en momentos de crisis o incertidumbre haya un repliegue. Sin embargo, esto no significa que se deba abandonar la política como una esfera relevante en la vida social, sino que se deben enfrentar desafíos y buscar avances importantes en la capacidad de negociación, acuerdos y desarrollo de políticas de Estado a largo plazo. Esto implicaría que la clase política muestre estabilidad y proyección de un proyecto país a mediano y largo plazo, trascendiendo los cambios de gobierno.

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