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¿Puede Chile volver a ser una país de emigración?

28 Noviembre 2018

Por: Javiera Rivas Reyes, Alejandra Zuleta Buschmann, Cristián Doña Reveco[1]

 

La historia migratoria de las naciones es compleja y está llena de cambios y matices importantes de comprender. Tomemos el caso de España. Hasta la década de los setenta del siglo pasado, este país era un país de emigración, tanto hacia fuera de Europa como hacia el norte de Europa. El fin de la dictadura Franquista, la inserción española en la Comunidad Europea, su posición geográfica, y el crecimiento económico asociado a esta inserción llevó a que España se convirtiera en uno de los principales países receptores de inmigrantes de Europa. La crisis económica que comenzó en 2008, sin embargo, tuvo un efecto directo en las características migratorias de este país. Aun cuando se mantiene positiva la migración neta, aumentó significativamente la emigración de españoles a distintas partes del mundo (Valero-Matas et al 2015). Este caso demuestra que en determinadas circunstancias los países pueden pasar en tiempos relativamente breves de ser países de inmigración a países de emigración, sobretodo en condiciones sociales volátiles. Si bien los volúmenes son significativamente inferiores, nuestro país también pasó de ser un país de emigración neta a un país de inmigración neta. Al igual que en el caso español, el fin de la dictadura y el crecimiento económico influyeron en este cambio. En el caso chileno, la crisis económica de 1998 no tuvo efectos en la tasa de migración neta, pero ¿puede ocurrir en Chile lo que pasó en España? Es decir, ¿puede un país tener al mismo tiempo alta inmigración y alta emigración? Para poder responder estas preguntas es necesario preguntarse primero ¿cuáles son las posibles razones por las que los chilenos podrían convertirse en emigrantes?

A partir de los resultados de la Encuesta Bicentenario 2015, acá mostramos algunas de las condiciones objetivas y subjetivas que los individuos mencionan y que les podría llevar a decidir emigrar. La pregunta que guió el estudio que da origen a este blog es, ¿cuáles son los factores que influyen en la intención de los chilenos de abandonar el país? Albert Hirschman en 1970 propuso que ante situaciones de crisis política, económica o social en los países, las personas tienen tres alternativas: protestar, mantenerse leales, o irse del país (Hirschman 1970). La emigración es así una salida posible a estas situaciones; una forma de “votar con los pies”. La decisión de emigrar tiene detrás un análisis realizado por los individuos, análisis que incluye aspectos macro y micro. Las crisis mencionadas son en sí motivos macro, mientras que la evaluación personal genera motivos micro. La confluencia de ambos motivos es lo que finalmente genera la intención de emigrar.

En nuestro estudio, primero observamos que entre los encuestados un 61% responde negativamente a la pregunta “Si tuviera la posibilidad de vivir en otro país que le asegure un nivel de vida dos veces más elevado que el que actualmente tiene en este país, ¿Qué haría?”. Este porcentaje es sólo levemente mayor entre las mujeres (63%) que entre los hombres (59%). Por otra parte, observamos también que la edad tiene mucho que ver con la intención de emigrar. Así, mientras casi un 60% de los encuestados entre 18 y 34 años tienen la intención de emigrar, este porcentaje se reduce a menos de un 20% entre quienes tienen 55 y más años. Como argumentan numerosos estudios migratorios, el estado civil y el nivel educativo también influyen en la intención de emigrar. En el primer caso, una mayoría de los solteros emigrarían (52%), aunque acá influye también el sexo de los encuestados. Un 58% de los hombres y un 48% de las mujeres solteras emigrarían. En todos los otros estados civiles una mayoría tendería a no emigrar. La proporción de quienes si emigrarían es mayor entre los separados y divorciados (41%) que entre los casados (31%) y significativamente inferior en el caso de los viudos (17%). Esto se debe muy probablemente a que el tener hijos matizaría la intención de emigrar. Finalmente, influye también el nivel educativo de los potenciales emigrantes. Así, hay diferencias claras en la intención de emigrar entre aquellos que tienen a lo menos un título técnico (53%) o educación universitaria completa (61%) y aquellos que solo completaron educación media (36%). Esta información se corresponde con las teorías emigratorias que indican que son aquellos más educados, y por tanto con mejores ingresos posibles los que migran, y no así los más pobres.

Luego de esta caracterización evaluamos la relación entre la intención de emigrar y tres preguntas de la encuesta que nos parecieron claves para obtener posibles condiciones de crisis. Estas son: la creencia que Chile es el mejor país para vivir, la comparación con el nivel de ingreso de los padres, y la percepción de Chile como un país corrupto.

Grafico 1

Grafico 2

Grafico 3Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Bicentenario 2015

Como observamos en los gráficos anteriores, la intención de emigrar está relacionada con la percepción de posibles crisis. Así, frente a una posible crisis social, usando como ejemplo que Chile ya no es el mejor país para vivir, casi un 60% de los encuestados se irían del país. Caso contrario es entre aquellos que si consideran que Chile es el mejor país para vivir, donde solo un tercio emigraría. La posibilidad de una crisis económica la ejemplificamos por la relación entre sus ingresos y los ingresos de los padres. En este caso un 45% de aquellos que piensan que su nivel de ingresos es peor al de sus padres y un 44% de quienes piensan que los ingresos son iguales emigrarían. Sólo un tercio de aquellos que piensan que tienen un sueldo mejor al de sus padres emigrarían. Finalmente, analizamos la relación entre nuestra pregunta para evaluar crisis política—si Chile es un país corrupto—y la intención de emigrar. Un 42% de aquellos que piensan que Chile es un país corrupto emigrarían, por el contrario, un 75% de aquellos que no consideran que Chile es un país corrupto no tienen la intención de emigrar.

A partir de lo observado podemos concluir a lo menos tres cosas. En primer lugar, una mayoría de los encuestados no tiene actualmente la intención de emigrar. Esto está asociado a que una mayoría, poco menos de dos tercios, aún considera que el país está en buenas condiciones generales, económicas y de corrupción. Sin embargo, existe un grupo importante que, de existir ofertas migratorias reales, podrían llevar a cabo estas intenciones emigratorias, por lo tanto, si podría pasar lo que pasó en España luego de la crisis de 2008. Finalmente, existe una especie de perfil asociado a la intención de emigrar. Principalmente son hombres—aunque las mujeres no se quedan atrás—jóvenes, solteros, de alta educación. Esto puede tener efectos reales a futuro. Llegado el caso de una crisis, Chile podría perder una población con alto potencial de enfrentar exitosamente estas crisis. Sabiendo que el capitalismo tiene crisis periódicas y que países como Chile no son inmunes a crisis políticas y similares, y que Chile tiene más de un millón de nacionales residiendo fuera de sus fronteras, sería importante desarrollar políticas emigratorias comprensivas que posibiliten aumentar la vinculación de estos emigrados, actuales y posibles, en el desarrollo del país.

 

Referencias 

Hirschman, A. (2004) Exit, Voice, and Loyalty: Responses to Decline in Firms, Organizations, and States. Cambridge, Mass: Harvard University Press.

Valero-Matas, Jesús A.; Mediavilla, Juan José; Valero-Oteo, Irene; Coca, Juan R. (2015). “El pasado vuelve a marcar el presente: la emigración española”. Papeles de Población 21(83), pp. 41-74

 

[1] Entrada de blog basada en la tesis para obtener el título profesional de Sociólogas: “Emigración en Chile: Factores que llevan a considerar dejar el país: Un estudio sociológico a las migraciones”, realizada por Javiera Rivas Reyes y Alejandra Zuleta Buschmann. Profesor guía: Dr. Cristián Doña Reveco. Escuela de Sociología, Universidad Diego Portales, 2018. Al mismo tiempo esta tesis se desprende de un proyecto del profesor guía sobre decisiones e intenciones migratorias.