Una carta al director escrita por la directora de nuestro Observatorio de Desigualdades, Alejandra Ramm, fue publicada en el diario La Tercera el pasado 16 de julio de 2015. En el artículo, la socióloga aborda la consistente obstaculización que ejerce el Partido Demócrata Cristiano en el avance de proyectos legislativos en materia de derechos sexuales y reproductivos.
Realizando un breve contraste con la estrategia social de la falange durante la década de los 60’s y su apoyo a políticas como la distribución de métodos anticonceptivos -por aquellos años conflictiva con los sectores más conservadores y la elite eclesiástica- Ramm intenta demostrar lo paradojal que resulta el actuar de la DC en la actualidad.
La DC frente al aborto
La Tercera – Cartas al director – 16 de julio, 2015
Señor director:
Desde el regreso de la democracia la DC ha obstaculizado los escasos avances que ha tenido el país en materia de derechos sexuales y reproductivos. El ejemplo más reciente es el aplazamiento de la votación sobre despenalización del aborto. ¿Hace esto honor a su historia? No.
A mediados de los 60, la DC puso su voluntad política en ofrecer métodos anticonceptivos seguros y eficaces a toda la población, especialmente de menos recursos. Entonces, tal como hoy, el control de la natalidad era profundamente resistido por los sectores conservadores, por la jerarquía vaticana y difícilmente contaba con apoyo popular.
¿Por qué entonces la DC se embarcó en un tema conflictivo y de inciertas ganancias políticas? La evidencia indica que primó el valor de su proyecto. La preocupación social era un sello de ese partido. En este marco, la DC entendió que la natalidad a cualquier costo -que había predominado históricamente en el país- era perjudicial. La natalidad a cualquier costo era una barrera para el desarrollo y en particular para las mujeres de escasos ingresos. Ellas eran las que debían soportar los riesgos asociados a múltiples embarazos y a la crianza de su numerosa familia. Eran costos que asumían solas, pues ni el Estado ni el mercado intervenían para aliviar su carga. La creación de programas de planificación familiar permitió reducir la natalidad, lo que trajo beneficios al país (bono demográfico) y, especialmente, a las mujeres pobres.
A la luz de este breve análisis resulta paradojal la forma en que la DC -más bien su élite dirigente- dificulta el debate sobre despenalización del aborto en tres causales. Hoy los que tienen las riendas de este partido defienden la natalidad siempre y sobre cualquier otra consideración, cuando eso es precisamente lo que históricamente atacó la DC.
Alejandra Ramm
Directora del Observatorio de Desigualdades UDP
